Operación de fistula perianal

Qué es y cómo tratarla

¿Qué es la operación de fistula perianal?

La fístula anal es un trayecto anómalo que comunica el conducto anal con la piel perianal. Es una de las patologías proctológicas más frecuentes, con una incidencia que oscila entre el 20 y el 50% tras el drenaje de un absceso anal, especialmente en hombres. Otras causas menos comunes son la enfermedad de Crohn, cirugías previas, traumatismos, etc.

El diagnóstico preciso es fundamental para planificar la operación fistula perianal de manera segura y eficaz.

Clínica para la operación de fistula perianal

La fístula anal consta de una fase aguda, en la que el síntoma principal es la aparición de un bulto en la piel del ano, asociado a enrojecimiento de la zona y aumento de la temperatura que genera dolor intenso, malestar y en ocasiones fiebre.

Durante la fase crónica, se pueden apreciar uno o varios orificios en la piel perianal, a través de los cuales se produce una supuración continua que puede ir mezclada con sangre. Esta supuración genera escozor y picor por la irritación de la piel.

El conocimiento de la clínica es clave para decidir la estrategia más segura y eficaz para la operación de fistula perianal.

Tratamiento operación de la fistula perianal

El estándar en el tratamiento de las fístulas anales simples (aquellas en las que hay poca cantidad de esfínter anal implicado) es la cirugía, con el objetivo de poner a plano el trayecto, conocido con el nombre de fistulotomía. 

En fístulas anales complejas, el tratamiento de elección es también la cirugía, pero en estos casos, el abordaje es más complejo o requiere de una cirugía en dos tiempos. 

Durante la operación de la fistula perianal, es fundamental la adecuada identificación de la musculatura esfinteriana para evitar incontinencia fecal. Para ello, el uso del LÁSER de CO2 permite delimitar las estructuras, generar menos dolor, favorecer una mejor cicatrización y acelerar la recuperación del paciente tras la operación de la fistula perianal.